09 Nov
09Nov

Hay un viejo dicho que dice: "Los hombres pasan pero las Instituciones quedan". Con los problemas emocionales pasa algo muy parecido. Van cambiando los cuadros, los síntomas, muchas veces con una espectacularidad sin precedente, pero la matrix de los problemas siguen siendo los mismos.

Hace poco una amiga publicaba en su Facebook una cadena sobre enfermedades invisibles. Hablaba de varias problemáticas de nuestro tiempo, haciendo hincapié sobre el Sistema Inmunológico.

La Naturaleza y la Gracias se expresan en el cuerpo, en el cual la chispa sagrada se mueve y expresa, como decía Eduardo Galeano. Con su sabiduría Filogenética crea defensas las cuales nos protegen de los agentes malvados los cuales entran en nuestro templo a diario. El cuerpo crea mecanismos de protección frente al medio. En los problemas inmunológicos el sistema de defensa pierde el rumbo y ataca al propio cuerpo. El que debe defendernos, se transforma en ejército de ocupación; atacando a los diferentes sistemas.

¿Esto no lo vimos antes?, ¿Dónde está la novedad?.

No son problemáticas nuevas. La humanidad se vio de diferentes formas con situaciones parecidas. El caso más sonado...el Cáncer. Las células que se orientan hacia la vida y la salud, en un momento a otro tienden a la muerte. A la necrosis. De a poco el propio cuerpo, sin necesidad de agente patógeno alguno tiende a su propia destrucción. ¿Qué paso?. ¿Cómo puede una parte tan pequeña tender a la muerte?. Ahora, pasamos de células a glóbulos. Los cuales en lugar de pelear contra el extraño, se tira en contra de su propio medio ambiente. Tiende hacia la destrucción. ¿Y qué paso aquí?. Lo mismo que en el Cáncer.

Los impulsos apuntando hacia la vida y la Felicidad, expresión de nuestra chispa eterna, cambia su objetivo y su sentido. En lugar del mundo externo, se dirige hacia la propia persona. Y para peor, no para la perpetuación, al contrario,....a la destrucción. ¿Qué pasa en el medio?. Situaciones cargadas emocionalmente, muchas veces mal interpretadas a nivel biológico transforman el amor en destrucción. Alexander Lowen hablaba de que entre el Amor y el Odio solo hay un paso. Y esto es así en general en el mundo emocional. Son las dos caras de la moneda. 

Naturalmente tendemos hacia un lado, pero muchos factores internos y externos golpea la moneda antes de caer y terminamos del otro lado. Tal vez las situaciones externas son más fáciles de manejar hoy en día, pero las internas son las complicadas. Viejos conceptos de nuestra infancia, creencias limitantes, miedos subconscientes, vinculaciones de percepciones con situaciones emocionales estresantes, programas internos mal diseñados, y peor programados, todo esto nos conspira hacia la felicidad y al seguir aquí.

Cambiando esos programas, esas creencias limitantes que nos constriñen, no nos permite salir de las ataduras, constantes y repetitivas, como en un Dejá Vu. La cual nos bloquea la visión. 

Ahora, esta repetición no es mala de por sí. 

Es la misma situación colocándonos frente al tablero, para poder acertar en el centro, con el dardo adecuado esta vez, y poder saltar a la próxima pantalla. Y sino....seguimos en el círculo de siempre. Frente a esto el Empoderamiento como experiencia corporal es la única forma para salir del círculo de una vez por todas, y en nuestra pantalla interna aparezca "Next Screen".

Todos los artículos Marcelo Calcagno®2017

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